micro relat

 

Sola (RELAT CURT)

Había una vez un pequeño pueblo ,en el condado de Vera cruz   ,de nombre San Lucas ; donde sus habitantes vivían en perfecta paz y armonía.

 

                Allí vivía la familia Mc Fúster con sus dos hijos Angel Luís y Eva María; dos hermanos muy felices que lo compartían todo. En fin era una familia típica de clase media, sin problemas importantes, simplemente se limitaban a vivir medianamente bien, sin lujos pero a su vez sin privaciones.

 

                Y digo “ era” porque un día caluroso de verano, uno de esos días en los que  la temperatura te aprieta el cuello sin dejarte respirar, te ahogas en tu propio sudor  y no encuentras saciedad ni quitándote toda la ropa ni ingiriendo miles de litros de agua fría; sucedió algo en casa de los Mc Fúster, algo inclasificable, algo... bueno será mejor que lo leáis con vuestros propios ojos, si sois valientes seguid leyendo y también vosotros descubriréis el Terror en San Lucas.

 

                Cerrad puertas y ventanas, retirad todos los objetos punzantes, cortantes y similares , procurad haceros con un buen crucifijo cerca,  una  ristra de ajos o la Sagrada Biblia... Tanto da  ya que bien mirado tenéis pocas probabilidades de sobrevivir .

                Así que contened la respiración, encomendaros a vuestro Dios y buena lectura.

 

                               Ah! y buena suerte, la necesitareis.

 

                1- El ataque de la bestia.

 

            Faltaban a penas 2 semanas para empezar las vacaciones de verano y descansar todo el mes de Agosto.

 

                 José el cabeza de familia, un apuesto y alto  hombre de negocios, moreno pero de tez pálida y con una voz nasal característica  ,debido a una fuerte sinusitis que tuvo de pequeño y no terminó de curar bien,  ya planeaba las vacaciones:

 

-Pesca, fútbol, playa y sofá. Uf! menudas vacaciones!

 

                Estaban todos muy ansiosos de empezarlas cuanto antes y sobre todo Angel Luís y Eva María, que ya empezaban a estar cansados de tantas clases de matemáticas y latín. Lo que querían era ir a la playa con Tró, un bonito gran Danés macho, de pelo blanco, que les regaló su abuelo hacía ya dos años.

 

                Marta , la madre, una mujer alegre y vivaz, que siempre quería aparentar menos años de los que tenia, y que por cierto lo podía hacer porque las cientos de sesiones de quiromasajes y miles de horas de aeróbic, la habían conservado como cuando tenia 24 años: delgada, prieta y esbelta;  se había comprado un vestido escotado precioso con encajes, de color azul y con motivos florales y unos zapatitos de charol  a juego.

Todo para estrenarlo  alguna noche de cena en algún buen  restaurante del puerto deportivo.

 

                José tenia 40 años y era director de una compañía de seguros para automóvil, Marta trabajaba en una agencia de viajes sólo por la mañana cuando los niños estaban en el colegio y por la tarde estaba en casa con Angel Luís y Eva María de 10 y 6 años respectivamente. A veces con ellos vivían los abuelos maternos, pero sólo en ciertas temporadas ya que también vivían en casa de la hermana de Marta, Sonia.

 

                Al fin llegó la víspera de tan esperado día, era viernes por la mañana era el último día de trabajo y colegio para todos.

 

                Se levantaron más pronto que de costumbre, se asearon y bajaron a desayunar .El ruido de los cereales triturados con fiereza por los niños resonaba por toda la sala-comedor, y se mezclaba con el ir y venir de las páginas del periódico matunino que ojeaban los padres , a medias  entre la sección de deportes y la de consejos culinarios  .Se despidieron con varias series de besos y al abrir la puerta de la calle, observaron como  llovía a cántaros, las gotas rebotaron en sus caras como si se tratase de niños jugando con pistolas de agua salpicando a diestro y siniestro.

                Tronaba y unos rojos relámpagos arañaban el cielo gris plateado e iluminaban el valle , llenándolo de sombras chinescas, que parecían jugar con los álamos del sendero y los pinos de la colina de enfrente.

 

                 Cerraron la puerta de golpe.

 

                Como José tenia el coche en el taller, debido al pequeño accidente de hacia dos días, y en el pueblo no había transporte público, llamaron a sus respectivas oficinas, agencias  y colegios para informar de la situación en que se encontraban  debido a las inclemencias del tiempo y que, muy a su pesar pero... empezarían las vacaciones un día antes de lo previsto.

 

                Así que se pusieron ropa cómoda, José se sentó en la mecedora, Marta empezó a leer revistas del corazón y los niños se fueron a su habitación a jugar con la video-consola.

 

                Así pasaron la mañana, comieron y por la tarde más de lo mismo , ya que el tiempo no mejoraba. Incluso había empeorado. ¡Estremecedor!

 

                Pronto en el interior de la casa no podían ni hablar entre ellos ya que los truenos ensordecedores sepultaban la palabras y para colmo de males se fue la corriente eléctrica y  quedaron a oscuras.

 

                A media tarde ya estaban  todos histéricos por no poder hacer nada,  por estar encerrados.

                 Los niños se habían cansado de leer cuentos de príncipes buenos, ogros malos y lobos que se comen a abuelitas de ojos grandes y boca desmesurada . Se  peleaban por las sandeces más insignificantes.

                Los mayores, en el salón, se miraban como perfectos desconocidos y las pocas frases que mediaban eran: si tu no haces eso, si siempre quieres aquello, que lo otro nunca se termina, etc... no podían decir dos palabras seguidas sin que  éstas se incrustasen en la piel del otro, como diminutas agujas de metales.

 

                Realmente el ambiente estaba muy, pero que muy cargado.

 

                José no pudo más, se enfundó en un gran y gris chubasquero, abrió un destartalado paraguas familiar y salió a respirar un poco de aire fresco y estirar las piernas.

 

                Marta llamó a los niños, para merendar, pero sólo bajó Eva María , Marta repitió la llamada para Angel Luís, pero éste no bajó.

 

                Subió a buscarlo pero no lo encontró en su habitación, penso que estaría en el baño , pero ni allí. Lo buscaron entre las dos por toda la casa, sótano y ático, pero no lo hallaron, Marta se empezó a preocupar.

 

                Más no duró mucho su preocupación ya que Angel Luís apareció ,así como se había ido, sin decir nada y en silencio.

                 Su madre le preguntó que donde se había metido y  que llevaban  más de diez minutos buscándolo.

 

                Angel Luís no contestó ,sino que se acercó a su madre, con los ojos salidos de las órbitas y con los rasgos faciales desfigurados, la cogió por el cuello y la abofeteó.

 

                Marta cayó al suelo en redondo, y se golpeó con el saliente de la mesa revistero de mármol ,  a la vez que un hilo de sangre negruzca y espesa se derramó  por encima de su ceja, ladeándola y cubriendo el ojo derecho.

 

                Sorprendida y dolida a la vez, se llevó las manos a la cara , quiso levantarse pero Angel Luís la agarró por el pelo, le levantó el cuello y le acerco un cuchillo de cocina a la nuez. El frío acero se iba   abriendo camino por la blanca y frágil piel de Marta.

                Marta tragó saliva.

 

                Entre todo esto ,Eva María , con la cara traspuesta y sin poder  moverse, paralizada por la sorpresa de la situación, miraba la escena entre ojos encharcados en lágrimas, piernas temblorosas, y manos chorreantes de sudor

                . Se apoyó sobre la pared para no caer.

 

                Empezaron a chillar las dos.

 

                -¡ Callaos ,Ya!. Yo no soy Angel Luís, él está muerto, me llamo Kasmith y me he apoderado del cuerpo de ese adolescente lleno de acné- Dijo Angel Luís con una voz que parecía salir del fondo de la mismísima  gruta que relataba Verne en “Viaje al centro de la Tierra”

                - Vais a morir las dos.-Añadió con firmeza

 

                Y dicho esto apretó el frío acero contra Marta y le rajó el cuello, segándole la vida entre convulsiones espasmódicas y  charcos de sangre , desparramados por la frondosa y peluda vegetación de la alfombra  alfombra Persa.

 

                Las mejillas de Eva María se salpicaron por la  sangre aún  caliente que manaba  del cuerpo de  su madre. Eva María empalideció, no aguantó más,  se llevo las manos a la cara, se arrodilló y vomitó.

 

             Eva María reaccionó, al poco tiempo, y empezó a subir a todo correr hasta el segundo piso, subiendo las escaleras, pero tropezó con Tró que bajaba alertado por los gritos.

                Ama y perro, rodaron los seis escalones de madera , hasta los pies de Angel Luís, que aún estaba ensañándose con el cuerpo de su madre. Angel Luís se giró rápidamente y se abalanzó sobre su hermana, que hábilmente esquivó las dos primeras puñaladas, aunque  la tercera le hirió un brazo, haciéndole un corte de consideración.

 

                Tró se abalanzó sobre Angel Luís, para defender a su protectora desde que era sólo un cachorro abandonado, y Eva María aprovecho para levantarse del suelo, corrió hacia su habitación, pero a medio camino oyó ,entre los miles de truenos que no paraban de sonar, el aullido agonizante de su perro.

                Cerró la habitación con llave y así como pudo movió la cama hasta la puerta para  poder atrancarla.  No tuvo tiempo; el cuchillo atravesó la delgada madera, y Eva María  saltó hacia atrás, cayendo sobre el frío embaldosado.

 

                El cuchillo seguía haciendo trizas la puerta, a través de la que la niña veía como su hermano ya no era el mismo, era un ser horrible, sin pelo, con enormes brazos y sin piernas,en su lugar había una especie de muñones deformes.

                Caminaba arrastrándose como el más horrible y serpenteante gusano. Dejando tras de si un sendero de porquería oscura  y humeante.

                 Su cara era producto de las más horribles pesadillas que jamás se pueden haber soñado. Estaba  cubierto de vísceras y sangre, productos de la última masacre y  de las  que emanaba fuerte y pronunciado  olor nauseabundo y fétido.

                Su tamaño era relativamente grande aun siendo un ser sin piernas.

 

                La niña gritó desesperadamente y  corrió a la ventana, a la vez que esa cosa conseguía entrar en la habitación, terminando de destrozar la puerta y  echando la cama a un lado.

 

                Eva María chocó contra el frío cristal, que se resquebrajó de arriba a abajo, como si de un río con afluentes caprichosos se tratara.

                 La niña se volteó  y miró a su hermano,... o lo que fuera.

 

                Éste  estaba en el umbral de la puerta, babeando y susurrando una palabras o gemidos guturales, imposibles de descifrar. La miró fijamente a los ojos.

 

                Durante unos segundos se cruzaron unas miradas extrañas, a medio camino entre la desesperación y la ternura. Durante este tiempo Eva María creyó ver a su hermano pidiendo ayuda através de los ojos de la bestia.

 

                Pero duró poco, ese estado  de meditaciones , ya que el animal  saltó desde un extremo de la habitación hacia la ventana, terminando de romperla y cayendo, envuelto en un manto de cristales, al patio trasero. Sobre un montón de leña preparada para el invierno.

 

                Eva María se acercó temerosa al alféizar de la ventana, miró abajo, pero no vio a la bestia ya que estaba todo muy oscuro y  aún  seguía lloviendo a cántaros.

 

                Salió al pasillo y caminando muy cautelosamente se acercó a la puerta del salón y con movimientos apenas notables , curvó la cabeza y  miró dentro.

                Su madre yacía en el suelo cubierta de sangre, y el débil corazón del perro todavía latía. Lo levantó en volandas,  lo tumbó en el sofá y Tró  murió entre sus brazos.

 

                Eva María lloró de impotencia sobre los cuerpos inertes,  y se desmayó.

 

            2-En el hospital.

 

                A los tres días despertó sobresaltada, sobre una cama del hospital. Empezó a gritar y acto seguido su padre la cogió en brazos.

 

                -¿Que ha pasado papá ?- preguntó ella con voz temblorosa.

 

                - Llegué a casa y te encontré en el centro del salón- Contestó su padre- Estabas sin sentido.

 

                -¿ Y mamá? ¿Y Angel Luís y Tró ?¿Dónde están?- Gritó la niña desesperada.

 

                -No lo sabemos, sólo te encontramos a ti en casa, los hemos buscado pero ni rastro de ellos.

 

                -Pero, si yo vi como... no puede ser....es imposible- musitó la niña.

 

                -Creo que ha sido un secuestro, pero en casa no hemos encontrado ningún síntoma de violencia, la policía lo estuvo registrando todo y no vieron nada extraño- Incidió el padre.

 

                -¿Pero y la sangre  y la puerta rota y la ventana hecha añicos?-Pidió ella.

 

                -¿Que sangre, que dices hija?¿Que pasó en casa?-Pregunto anonadado su padre.

 

                La niña le contó su historia y su padre se hundió  en una butaca de la habitación con la cabeza entre las piernas, intentado comprender la historia que relataba su hija de 6 años.

 

                -Simplemente increible-Dijo el señor comisario- ¿Cómo quiere que ponga en la denuncia, que a su mujer, su hijo y su perro, los mató ...su hijo...que tampoco era su hijo, sino el mismísimo Satanás subido del infierno? ¿Quiere  Ud. que me tomen por loco,señor Mc Fúster?.

 

                -Yo sólo le cuento la historia que me ha contado mi hija.

 

                -¡ Por Dios!, Pero si la cría sólo tiene 6 años, además ha estado inconsciente.¿Y la sigue creyendo?. Bah, paparruchas.

 

                No le creyeron. José regresó a casa sin todavía poder creer la historia que él mismo había contado a la policía.  Su hija quedó ingresada en el hospital.

 

                José estaba sentado en el sofá , mirando todo y a la vez nada, pensando en su familia e intentando dar alguna explicación lógica a lo sucedido, ya que se resignaba a creer en esa horrible historia. Pasaron las horas, y en un momento dado, José se llevó la mano al pecho, se retorció sobre el asiento  y su supuesto sano corazón dejó de marcar los segundos.

 

            El suero caía por el largo conducto de plástico , e iba a parar al frágil brazo de Eva María, que dormía sobre la cama del hospital. Una sombra se acercó a ella, la movió suavemente y la chiquilla abrió los ojos. Frente a ella se encontraba su perro, erguido como una persona y enfundado en un traje de médico, bata blanca y mascarilla sobre el hocico, con un fonendoscopio alrededor del cuello y una especie de martillo en un bolsillo.

 

                Del susto no pudo articular palabra. El perro la miró fijamente y ella vio que se trataba del mismo ser que antes estaba en el cuerpo de su hermano.

 

                Él la tocó y ella notó como su cuerpo era  zarandeado por una fuerte descarga eléctrica,  se estremeció y  sintió como sus piernas y brazos dejaron de obedecer a sus órdenes.

 

                Intentó gritar, pero tampoco pudo, estaba todo su cuerpo dormido, paralizado, congelado, petrificado. Todo excepto sus ojos y su cerebro.

 

                El perro se separó unos metros y cambió la ficha que estaba a los pies de la cama, por otra que sacó de una bolsa de plástico que llevaba y se desapareció  así como había venido.

 

                A los pocos minutos pasó el medico de guardia, miró la ficha de la cama de la niña y le dijo a su ayudante.

 

                -Esta es la niña que tiene que ser operada mañana, le tenemos que amputar una pierna.

 

                La niña se convulsionó interiormente , e intento avisar a los médicos del error que iban a cometer, pero todos sus esfuerzos e intentos fueron en balde.

                Los médicos cogieron  la cama y la sacaron de la habitación, la empujaron por un largo y estrecho  pasillo blanco,  con o los a no se que medicina y lleno de enfermo a los lados. Unos lloraban, otros gritaban y algunos se agarraban a la cama , que pasaba, como en un intento de escape, para terminar su huida unos metros más allá, golpeándose con el suelo de donde una doctora, gorda y mal vestida , los cogía y los volvía a sentar en una silla, para repetir el viaje.

 

                Eva María se dio cuenta que aquello  no era un hospital normal, era un psiquiátrico. ¡ La habían encerrado en un manicomio!

 

                La cama entró en un quirófano. Presidido, en el centro, por una gran lámpara de ojos grandes . Parecía una de esas moscas que miras en el laboratorio de ciencias del colegio, a través de una lupa antes de empezar la disección.

 

                -Dejémosla aquí.- Dijo unos de los doctores.

               

                -Sí, puede quedarse hasta mañana, total no se dará cuenta-

 

                Dicho esto la dejaron allí y apagaron la luz.

 

                Ella intento gritar, moverse, hacer algo, pero todo era inútil. Por más que lo intentaba estaba como pegaba a  ningún sitio; era una situación horrible y agobiante.

 

                Se encendió de nuevo la luz y algunas personas se acercaron a ella por atrás. Una de ellas le acarició la rubia cabellera.

 

                -Es una pena , que no haya sobrevivido, una niña tan joven-dijo la de las caricias.

 

                -Sí que lo es, pero en este tipo de operaciones el paciente corre muchos riesgos, total si no la hubiesen operado habría muerto en menos de dos días, era la única posibilidad que teníamos y aún así a veces pasan cosas inevitables- Contestó otra

 

                -Tendremos que avisar a sus padres-Dijo una tercera voz  más femenina y con aires de preocupación.

 

                - A su padre, sólo a su padre. No os acordáis que ésta es la paciente que enloqueció porque contaba una historia de demonios, y que al final se demostró que fue ella misma quien mató a su madre, su hermano y su perro, hace ya 25 años.-Le replicaron las dos voces a coro.

 

                Eva María quedó destrozada, al oír la voces.

 

                -¿Pero que dicen, yo no estoy muerta?¿Que...que...que yo mate a mi familia, hace 25 años?¿Están todos locos?   ¡Socorro que alguien me ayude!.

 

            Pero su grito de auxilio fue cubierto por una sábana blanca.

 

                -¡Socorro!¡Socorro!.

           

3.La Petición de mano.

 

                En medio de una desesperación inhumana, Eva María vio una sombra a través de la sábana blanca y  translúcida que la cubría.

 

                -Eva María soy Kasmith, si quieres que este calvario termine , debes jurarme que harás algo por mi.- Dijo una voz de ultra tumba

 

                -¿Quien eres, que quieres de mi?.Dijo Eva María.

 

                -¡Escúchame bien !. Tu eres la elegida....

 

                -Elegida ¿ Para qué?

 

                -Una vez cada mil años nace una persona en el mundo superior, de donde eres tú, que tiene el poder del sol, y esté poder lo va descubriendo a lo largo de los años, pero si no se ejercita se pierde.

                Y si una persona del Averno, o mundo de las tinieblas, en ese caso yo, el menda,  se casa con la persona que tenga el poder del sol. Se unirían los dos mundos y los muertos volverán a la vida , la oscuridad lo cubrirá todo y esa pareja será la dueña  y señora de ambos  mundos.

 

                Esa pareja podemos ser nosotros.

 

                -¿Que yo tengo poderes?-dijo ella-¡Te equivocas de persona!

 

                -¡No me equivoco!.- gritó él con tono impasible.

 

                Kasmith sacó una pierna de la niña fuera de la cama. le arremangó el camisón y le dijo:

 

                -Este lunar en forma de sol que tienes en el tobillo te delata, sólo lo tienen los elegidos. Y en cuanto a los poderes, los tienes y yo te enseñaré a usarlos, ¡seremos poderosos!

 

                -No puedo casarme contigo, sólo tengo 6 años.-Replicó.

 

                -Puedo esperar, llevo 700 años esperándote, no me importan unos pocos más-

 

                -¿Y mi familia?-Pidió ella dubitativa.

 

                -Volverán todos a casa sanos y salvos , tu nunca habrás nacido , así que no te echaran de menos.. .je,je,je . -Respondió la bestia.

                - Así que ya sabes, o te casas conmigo o este sufrimiento tuyo puede ser indescriptible y tu familia habrá muerto para siempre.

 

                Eva María, que seguía con la cara cubierta, cerró los ojos, apretó los dientes y estuvo en silencio largo rato, para terminar rompiéndolo con un débil si.

 

                Acto seguido una nube de humo se apoderó de la habitación, Eva María no podía casi ni respirar, se retiró la sábana y vio ante si la silueta deforme de Kasmith.

 

                -Vamos a empezar el viaje hacia el Averno , prepárate. Allí viviremos y te cuidaré hasta que cumplas la mayoría de edad, podamos casarnos y yo  sea...bueno seamos  nosotros los dueños de los dos mundos.

 

            4.La boda.

 

 

                Faltaba un día para que Eva María cumpliera la mayoría de edad, ya no era una niña. Tenia el pelo rubio y rizado hasta las nalgas, redondas y bien formadas. Y su pecho plano, se había convertido en dos montañas carnosas, coronadas por un pezón oscuro,  erizado y dulce.

                Sus facciones infantiles, eran diferentes, bellas pero duras, debido al ambiente en que había crecido. Ya que entre muertos, horror y fantasmas, pocas cosas bellas pueden subsistir.

 

                Había pasado muchos años en ese lugar tenebroso como sacado de un cuento de caballeros y mesas redondas. Con la diferencia que lo más parecido a un caballero que había visto por los alrededores, era un...un... bueno a decir verdad no había nada similar ni remotamente parecido a un caballero.

 

                Todos los habitantes de esas tierras eran seres mal formados, etéreos, sombras. Era imposible hacer diferencias entre varones y hembras, todos eran iguales de monstruosos.

 

                Había intentado relacionarse, alguna vez, con alguna de aquellas personas, las más normales. Pero todos los intentos habían sido fallidos.

 

                Así que lo único que había hecho por ese mundo era pasear por las laderas, despobladas, con apenas  árboles apunto de desfallecer, de los que colgaban  mutilados cuerpos, Dios sabe hacía cuanto tiempo ya ;  que rodeaban el castillo.

A lo lejos, más allá de las laderas  sólo de divisaba un enorme desierto, del que salían sonidos horribles y ensordecedores.

 

                Esos paseos le servían a nuestra protagonista, para almacenar odio hacia la bestia que la tenia cautiva. Sólo esperaba poder ejecutar su venganza.

 

                En el castillo de Kasmith,  un castillo de piedra negra y altas torres coronadas con veletas en forma de búhos, y con paredes plagadas de amenazadoras gárgolas.

                Los muertos descarnados, preparaban el altar, para la ceremonia nupcial, y el propio Kasmith supervisaba los preparativos, visiblemente nervioso.

 

                -Bueno días mi amor-Dijo la bestia a Eva María.           -¿Nerviosa para la boda?.

 

                -¡ Me puedo casar contigo maldito cabrón, pero nunca te amaré, me obligaste a venir aquí , contra mi voluntad!¡Con tus sucias artimañas!-dijo ella a grito pelado-¡Además eres horrible, nauseabundo y vomitivo, das asco!.

 

                -Como me gusta que me piropees de buena mañana, amor- Dijo Kasmith con tono de recochineo - Ya verás como después de la boda cambias de opinión.

 

                Y acercándose a ella, la cogió por los hombros, la levantó del suelo más de un palmo, y la besó metiéndole su bífida lengua hasta el estómago, casi revolviéndole las entrañas, entre salivazos espesos que caían de la boca de la bestia.  A la vez que su miembro descomunal y erecto le agujereaba el estómago .

 

                -¡Te odio a muerte, Kasmith ¡Te odio! - Dijo ella arrodillada en el  suelo entre sollozos de repugnacia-¡Algún día te mataré,hijo de puta!¡Lo juro por Dios!

 

                -Tu Dios no te puede ayudar aquí. Llora si te sientes mejor-dijo alejándose de esa estancia.

                -Llora, ser débil.

 

                Durante los años de estancia en el Averno Eva María había aprendido a utilizar ciertos poderes, pero le eran insuficientes para poder defenderse, ya que el cénit de su poder lo encontraría el día de la boda. Y sólo esperaba ese día para poder vengarse de su captor y regresar a la tierra con los suyos.

 

                A la mañana siguiente Eva María se despertó, sobrecogida   por el sonido que hacían unas estridentes campanas anunciando el gran día.

 

                Kasmith entró en la  habitación.

 

                -Amada mía , ponte este vestido, regalo del mismísimo Lucifer, lo utilizó él el día de su boda. Y arréglate que la boda tiene que ser antes del medio día, sinó deberemos esperar otros mil años más.

 

                Eva María se vistió con un enorme vestido blanco, y salió al patio del castillo. Allí estaban, como invitados de Kasmith , las atrocidades más repulsivas que se pueden imaginar: Desmembrados, Decapitados, Zombies, Trolls, Fantasmas, Brujas, Enanos, Gigantes, Hombres lobo y un sinfín de seres que son imposibles de describir.

 

                Durante todo el tiempo que hacia vivido en el Averno, había visto muchos seres extraños y deformes, pero nunca tantos como ese día.

 

                Cada paso que daba hacia el altar, era afrontarse a un nuevo miedo. Al fondo del pasillo estaba él. Vestido con una armadura medieval, era como una pesadilla en una lata de sardinas. Ella no pudo nada más que esbozar una sonrisa, la primera hacia muchos años. No se bien si por ver a Kasmith con esa facha, o porque esperaba tener la plenitud de poderes para vengarse i huir.

 

                El capellán, un cíclope enorme, ofició la ceremonia.

 

                -Tú , Kasmith quieres a Eva María como esposa, para crear mal por donde paséis y ser crueles para el resto de vuestras vidas.

 

                -Sí, acepto.

 

                -Tú, Eva María quieres a Kasmith como marido, para ser su esclava sumisa y honorarlo hasta el final de vuestros días.

 

                Eva María dudó.

 

                -¡Contesta!-gritó el novio apretándole el brazo.

 

                -Sí, aceptó.

 

                -¡Por fin! Soy el dueño y señor de todos los mundos.

 

                -Un momento dijo el capellán, para hacer efectiva la ceremonia y conseguir todos los poderes deberéis firmar en el Necronomicón, el libro de los muertos, el libro donde reside toda la fuerza del mal, sólo después recibiréis los poderes del sol y del infierno.-

 

                -¡Firmaré primero, dadme el libro!- Gritó Kasmith.

 

                -¡No primero debe firmar la novia!- Dijo el capellán quitando el libro a Kasmith y dándoselo a Eva María.

 

                -Eva María cogió la pluma de dragón, la mojó en un recipiente lleno de petróleo, y firmó el libro. Acto seguido un rayo abrió el cielo y le dio de lleno a la chica.

 

                -¡Ahora me toca a mi!-Dijo Kasmith.

 

                -¡No ! Ahora yo tengo el poder del sol  y ni tu ,ni tus muertos invadiréis mi mundo, cojo el Necronomicón y lo destruiré.

 

                -¡No puedes hacerme esto!¡Llevo toda la eternidad esperando este día!¡Te mataré!.

 

                -¡Tu no volverás a matar a nadie!-Dijo ella- ¡Ni tu ni tus subditos!¡Invoco el poder del Sol, para destruir este lugar y dar su merecido a toda esta escoria, que no es digna de ningún sitio-

 

                Un fuerte viento se apoderó del lugar, el suelo se abrió y empezó a engullir a esos seres, que iban cayendo , gritando, en un último esfuerzo de supervivencia.

                En pocos segundos no quedó nadie, quedó ella sola sobre el altar.

 

                -¡Por fin! ¡Lo conseguí!-¡Invoco el poder del Sol para volver a casa con los mios!.-Dijo Eva María con tono de felicidad.

 

                Pero antes de terminar las palabras, Kasmith que se había escondido, la golpeó por atrás, y ella rodó por el suelo del patio.

                Le cogió el libro.

 

            -¡Maldita zorra!¡Firmaré el libro!¡Y te mataré!.

 

                Kasmith firmó el libro, pero no pasó nada.

 

            -¿Pero que pasa?¿Y mi poder?.

 

                -Maldito, fíjate donde has firmado, falta un trozo de página, mi firma, he arrancado el papel.

 

                -¡No puede ser!¡Volverás a firmar el libro!.-Replico él.

 

                -Demasiado tarde, ya pasan 2 minutos de medio día, y yo tengo el poder del sol y tu no tienes nada, ni vida.¡Muere!.

 

                Y dicho esto Eva María agitó los brazos y una bola de fuego salió de sus palmas, y atravesó el cuerpo de Kasmith.

 

                Gritó, al verse agujereado, empezó a sangrar por la boca y murió.

 

            Eva María cogió el libro los hizo mil pedazos y pronunció las palabras para terminar de destruir ese mundo y volver casa.

 

 

            5-El nacimiento de Eva María.

 

                En un pueblo del condado de Shadaloo, llamado San Lucas vivía una familia llamada Mc Fúster.

 

                Estaban en el hospital, ya que Marta la madre esperaba a su segundo hijo. Estaban en el quirófano y José, el padre aguantaba la mano a su mujer.

 

                -Ya sale, ya sale- dijo una doctora.

 

            -Es una niña, mi amor- dijo José.

               

                -!Que bien la llamaremos Eva María¡-Dijo Marta.

 

                -¡Oh, fíjate lleva una marca en el tobillo, parece un sol!-Dijo José.

 

            -¡No es nada, no se preocupen, no tiene importancia!- Dijo la doctora- ¡Aveces a los niños les salen marcas de nacimiento, que no tendrán ninguna influencia en su vida- Terminó risueña.

  Este cuento se a terminado de escribir en Sóller el día nueve de octubre de mil novecientos noventa y siete a las once y quince minutos de la noche.

 

 

                Juan Antonio Fernández Vila.

 

 

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Juan Antonio Fernández Vila.
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