micro relat

 

HISTORIA INCA (RELAT CURT)

Los Mayas, los aztecas y los Incas levantaron monumentos que rivalizaron con las grandes construcciones de Grecia, Egipto  y Roma. De hecho ellos también construyeron pirámides, como las del Sol y la Luna , en la ciudad azteca de Teotihuacán.

 

            Estas pirámides contenían grandes tesoros , que dejaban en ellas los aztecas para sus Reyes Mayas muertos.

 

         En las profundidades de las criptas de estas dos pirámides escalonadas, las del Sol y la Luna;  existía un sarcófago de oro macizos y diamantes , donde yacía Pacal el último rey Maya.

      Muchos eran los ladrones e investigadores que habían intentado conseguir el preciado tesoro de Pacal, pero de todos los que se habían adentrado en las pirámides, nadie había salido con vida. Nadie excepto el profesor Matí, que aunque murió a la salida de la pirámide, víctima de una extraña enfermedad que le hacia supurar sangre por todos los poros de su piel y que había contraído en el interior de la pirámide; pudo entregar su manuscrito a uno de los porteadores que esperaban fuera de las pirámides, y le indico a éste que lo entregara a un amigo suyo el profesor Marcos White , de la Universidad de Palma de Mallorca , en España.

 

            Y así lo hizo, a los tres meses el porteador indio se presentó en Mallorca.

 

         Marcos White, un joven doctor del departamento de geografía y espeleología de la UIB, se encontraba sentado frente a su ordenador intentando poner en orden todos los datos que había recogido sobre unas excavaciones que estaba realizando en Pollensa, al noroeste de la Isla.

            En su mano tenia un café , ya frío,al que tanto  en tanto , le ida pegado sonoros sorbos; cuando de pronto sonó el timbre de la puerta.

 

            Abrió la puerta y allí encontró, bajo la lluvia: al chico mulato , alto, fornido y de pelo negro rizado ,con taparrabos y con un libro en la mano.

 

            -No, no compro nada- Dijo Marcos haciendo mención de cerrar la puerta.

 

            -No vendo nada, me llamo Aslec , soy mexicano, de la ciudad de Teotiuacán y vengo a entregarle algo  de parte del profesor Matí. Creo que se conocian-Dijo el chico .

 

            -Mati!- Exclamo - ¿Que sabes de él ?¿Dónde está? ¡Lleva más de medio año desaparecido!. Lo último que supe es que buscaba un tesoro en México.

 

            -Lo siento mucho ,Matí murió hace tres meses-dijo Aslec sacudiéndose el agua de la cabeza.

 

            -¿Que?¡No puede ser!¿Matí muerto?.

 

            Marcos se quedo sin habla y Aslec aprovechó la incertidumbre de White para entrar.

            Marcos cerró la puerta y se dirigió a la cocina a prepararse un vaso de coñac, mientas el indio se sentaba en un sofá de la sala , mirándole fijamente.

 

            -¿Quieres uno?-Le pidió el doctor.

 

            -No gracias, no bebo-Dijo Aslec- ¿Conocía usted mucho al profesor?.

 

            -Sí, éramos grandes compañeros y además fue mi profesor durante cinco quince años de estudio. Le quería mucho-Marcos se apolló en una de las paredes de la cocina-...no puede ser, es increible- y dicho esto Marcos se tomo el coñac de un solo trago.

 

            -¿Cuéntame que le pasó?.

 

            -Pues mire, su amigo llegó a México hace un año aproximadamente y allí contrato porteadores y guías para una expedición a las pirámides del Sol y la Luna...- explicó Aslec.

 

            -Sí, he oído hablar de ellas...

 

            -Pues si ha oído hablar de ellas sabrá que según una vieja leyenda, las pirámides están custodiadas por los espíritus de los trabajadores que las construyeron , para proteger el tesoro que contienen

 

            -Pero eso son leyendas, paparruchas y sandeces ,cuentos de vieja- Replicó Marcos.

 

            -Si, Matí así lo creyó y un buen día, cuando llevábamos tres meses en un campamento fuera de las pirámides, estudiándolas; decidió entrar con unos cuantos porteadores...¡desdichados!...en tres días no supimos nada de ellos, hasta que al cuarto atardecer  salió Matí , casi arrastrándose y convulsionándose, preso de un terrible dolor en el abdomen, envuelto en sangre... No pudimos hacer nada por el, murió a las pocas horas.

 

            -¿Y no os dijo que le había pasado?-Preguntó Marcos absorto.

 

            -No decía nada coherente, alucinaba y veía visiones...aun así nos dio este manuscrito y nos explico como llegar hasta usted para entregárselo, dijo que usted sabría que hacer. Fue lo único que pudo decir y que nosotros lo entendiéramos.

 

            Marcos cogió el diario, era de piel oscura y muy sucio, se sentó en su escritorio, abrió el flexo y se puso sus gafas de lectura.

 

            -¡Voy a leerlo de seguida!-Dijo Marcos- Ah! y  si tu  quieres puedes comer algo o asearte y si te apetece puedes ir a mi habitación y dormir todo lo que quieras. Habrás hecho un viaje muy largo.

 

            -Gracias señor-Dijo haciendo un acto de reverencia .

 

            -¡No me llames señor, Marcos y punto!-

 

            -Garcias señor Marcos y Punto- Dijo Aslec dirigiéndose a la cocina.

 

            Marcos hizo una pequeña mueca con la boca y acto seguido se fundió en la lectura del manuscrito.

 

            A la mañana siguiente Aslec se levantó de la cama, se puso una camiseta del doctor y su especie de taparrabos y salió al comedor. Allí  estaba Marcos dormido sobre el diario.

 

            -Señor, despierte...

 

            -Uf! Me he dormido leyendo.-dijo Marcos sacudiéndose su larga melena

 

            -¿Que dice el diario?-Pidió Aslec, llenando un vaso de leche.

 

            -Es el diario personal de Matí, en él relata sus descubrimientos acerca de las pirámides, también relata cuando entraron dentro, pero después de encontrar el tesoro dejó de escribir.

 

            -¿Tesoro?¿Lo encontró?

 

            -Si , parece ser que lo encontró.

 

            -Y...¿dice donde está?-dijo Aslec, frotándose  las manos una contra otra y relamiéndose los labios.

 

            -Si, hizo un mapa del interior de la pirámide, está todo relatado aquí.

 

            -¿Entonces....?

 

            -Si iremos allí, si me quieres acompañar, pero no por el tesoro, sino para saber que le ocurrió allí-Dijo Marcos con tono áspero.

 

            -Vale,vale...¿Cuando partimos?

 

            -Mañana, antes tengo que preparar el equipaje.

 

 

            Al día siguiente, el vuelo partió rumbo a México D.F., volaban con PAN-AIR AMERICAN en un vuelo de 8 horas aproximadamente, a Marcos nunca le había hecho gracia eso de volar, pero la situación requería el esfuerzo.

 

            Marcos se acomodó en el asiento y se colocó los auriculares para escuchar la radio y distraerse.

 

            Aslec había solicitado a la azafata un zumo y galletas y desayunaba leyendo el periódico.

 

            De pronto la emisora que tenia sintonizada Marcos dejó de emitir y en su lugar sólo había quedado un zumbido estridente. Marcos golpeó los cascos, pero no arregló nada.

 

            Llevaba minuto intentando sintonizar algo, cuando una voz se escucho por los auriculares.

 

            -Marcos, presta atención!...-Dijo la voz en eco.

 

            Marcos se volvió hacia Aslec.

 

            -¿Que has dicho?-Le pidió a su compañero.

 

            -¿Yo?...Nada-Le respondió extañado.

 

            Marcos volvió a oír la voz por los auriculares.

 

            -Debes ir con cuidado, las pirámides están malditas, el sacerdote del infierno habita en ellas, debes matarlo y devolverlo a donde pertenece....sólo así los buenos espíritus que las protegían podrán volver y descansarán en paz.

 

            Marcos se quitó de un tirón los cascos y se levanto sobresaltado, sacudiendo las manos como si se hubiese quemado.

 

            -¿Que pasa señor?-Pidió Aslec mirándole de arriba a abajo-¿No se encuentra bien?.

 

            -No...Yo...Me he mareado un poco, eso es todo.

 

            -¡Jo! pues menudos mareos, vaya susto que me ha dado.

 

            -Si...bueno...ya estoy bien.

 

            Marcos se volvió a sentar y se puso de nuevo los auriculares, sonó la música de siempre y se durmió.

 

            Aslec seguía enfrascado en la lectura cuando se oyó una voz por los altavoces de la nave.

 

            -Atención señores pasajeros, les habla el comandante Navas, vamos a pasar por una zona de baches aéreos les rogamos que se ajusten los cinturones de seguridad y se abstengan de fumar. Gracias.

 

            Aslec miró a su compañero de viaje y como vio que llevaba el cinturón puesto no lo despertó.

 

            El avión empezó a vibrar, cada vez eran más notables las vibraciones, hasta que empezó a zarandearse violentamente como si alguien azotara al avión.

 

            Marcos se despertó, justo antes de que se abriera el guarda maletas superior y calleran todos sus equipajes.

 

            -¡Dios!, ¿que pasa aquí?¿Se cae el mundo?

 

            -No se preocupe señor,ha dicho el señor capitán que llegábamos a una zona de baches, pero como usted dormía...

 

            Aslec no pudo terminar la frase, el avión dio una vuelta de ciento ochenta grados sobre si mismo y quedó boca abajo.

 

            Se oyó un gran estruendo ,miles de cristales saltaron sobre los pasajeros, las maletas caían y se abrían, algunos pasajeros que no llevaban el cinturón se estrellaron contra el techo de la nave.

 

            Durante unos segundos todo fue caótico , Aslec intentaba aferrarase a su silla ,para no salir despedido. Marcos se cubría la cabeza con las manos.

 

            De pronto el ensordecedor ruido cesó y las luces de la nave se apagaron.

            Quedaron todos a oscuras, solo se oía el grito y los llantos del pasaje y un fuerte olor a vegetación inundo todo el avión.

 

            Se encendieron las débiles luces de emergencia y por una puerta  apareció, ensangrentado y magullado , el capitán del avión.

 

            -¿Se encuentran bien señores?,hemos sufrido un accidente, por favor conserven la calma e intenten ayudar a los heridos, debemos sacarlos del avión, esto puede arder de un momento a otro.

 

            -¿Donde hemos aterrizado, si se le puede llamar a esta aterrizaje?-Dijo un señor alto y vestido con un traje caro- Yo tengo una reunión de negocios muy urgente, y si pierdo todo el dinero de la transacción les denunciaré a usted y su compañía.

 

            -!Señor, Waldorf, callese! - Le grito el capitán.

 

            -Por lo visto me ha reconocido...eh!.

 

            -Si, y el hecho de que usted sea el mayor accionista del banco nacional de Estados unidos, no le da ningún privilegio, para dar ordenes en esta situación!. Así que arremánguese su chaqueta de 800 pavos y ayude como todos los demás...¡Y rápido!.

 

            Waldorf, se calló y se avergonzó de ver como a un hombre de negocios de su talla le había dominado el miedo, así que pensó que si ayudaba a esa pobre gente inferior, podría ser el hombre del año de la revista People.

 

            Y así como pudo empezó a sacar gente del avión.

 

            Aslec ayudó a Marcos a salir del avión, caminando entre decenas de personas mutiladas o muertas.

 

            Aslec salió del avión , dejó a Marcos semi inconsciente en el suelo, y volvió dentro.

 

            -He amigo despierte-Dijo Waldorf, sacudiendo la cara de Marcos.

 

            -Uf! ¿que ha pasado?-

 

            -Soy Waldorf Big, y por favor dígale a la prensa que yo le he salvado.

 

            -¿Salvado de que?- dijo marcos tocándose la cabeza, empañada de sangre-

 

            -Amigo, no se acuerda, nos la hemos pegado con el avión-

 

            Marcos levantó la vista y vio como el avión estaba entre dos grandes árboles, envuelto en humo, solo oía gente llorar. El espectáculo era dantesco.

 

            -!Dios mío¡- dijo Marcos.

 

            -Amigo , no creo que Dios tenga algo que ver con esto- Le contestó Waldorf, con risa sicótica.

 

            Las labores de rescate se prolongaron toda la mañana, cerca del avión montaron un campamento provisional, y allí y como pudieron curaron a los heridos. Y las muertos les dieron santa sepultura.

 

            A media tarde, todo se tranquilizó un poco.El capitán convoco una reunión urgente.

            -Ya sobrevoláamos México, y hemos aterrizado en la selva de Teotiuacán. Pero no se preocupen, antes del accidente pudimos avisar a los equipos de rescate y en unas horas vendrán a buscarnos en helicóptero.O eso espero.

 

            -¡Teotiuacán!-dijo Aslec sorprendio- Es la zona de las pirámides que buscábamos ,Señor Marcos.

 

            -¡Si!, menuda coincidencia-dijo Marcos.

 

            -¡Igual no ha sido una coincidencia, señor!- dijo Aslec -Conozco la zona, señor, las pirámides no están lejos y de camino a ellas hay un pueblo donde nos podemos abastecer de víveres para el viaje.

 

            Los supervivientes escucharon la conversación de nuestros amigos y no entendienron nada.

 

            -Un momento- dijo Waldorf- si vosotros dos os vais yo voy con vosotros, debo llegar a méxico cuanto antes, y si de camino hay un pueblo, mandaré un fax para que me vengan a buscar.

 

            -No beberia irse nadie- dijo el capitán- esta selva es muy peligrosa.

 

            -No se preocupe- dijo Marcos- Yo asumo toda la responsabilidad.

 

            -Como vosotros querais, pero luego no digais que no estabais avisados-

 

            Aslec y Marcos recogieron de entre el fuselaje del avión, los restos de  su equipaje , ya que contenian material necesario para la aventura.

 

            Waldorf hizo lo mismo, cogió su ordenador portátil, su moden, su movil sin bateriar, su neceser, su carpeta de piel con documentos, su talonario de cheques y una mini mochila de supervivencia que regalaban las navidades pasadas con el libro como sobrevivir en la jungla de Wall Street.

 

            Y empezaron los tres a andar.

 

            Mientrasse alejaban del lugar del accidente , una sombra oculta entre el humo de los restos del avion , les observaba.

 

 

            -¡Veo que este aviso no ha servido de nada!, como siempre alardean de seres prepotentes, ahora sus miserables vidas sabrán que pasa cuando quieren desobedecer  al sacerdote del infierno.- Dijo la sombra para si misma- Preparaos para sufrir, deseareis no haber nacido.-

 

            Marcos se giró, como si hubiera escuchado algo, no llegó a ver a la sombra y siguió caminando.

 

            Caminaban los tres através de la espesura de la selva. Marcos con su gran  cuchillo iba abriendo paso a la pequeña expedición, Aslec cubria la retaguardia marcándo el camino que seguian  pintando, con un espray especial, los troncos de los árboles. Mientras Waldorf, acarreaba su gran maleta repleta de aparatos modernos , propios de cualquier oficina, pero desapropiados para perderse en una jungla.

 

            -¿Aslec, falta mucho?-pidió Marcos.

 

            -¡Si! ¿Cuánto falta?,porque estos echando aperder mis zapatos de 800 dólares-replico Waldorf.

 

            -¡800 dólares!¡Por unos zapatos!-Contestó Aslec-¿Tienen un televisor incluido, o algo parecido?Por que por ese precio aquí, en México, te compras la fábrica de zapatos entera.

            -Y no se cuanto falta, así que no me lo pidais cada dos pasos. Sólo se que debemos ir en es dirección, hacia esa montaña que vemos a lo lejos, la de las dos puntas.

 

            -¿Que?¿Hasta allá lejos?-Pidió Waldorf-¿Estas loco?¡No llegaremos nunca!

 

            -No repliques ,amigo,si no te fias, enchufa alguno de tus aparatitos y que nos diga  otro camino más corto.-Dijo Aslec, señalando la bolsa de cuero negra del Alemán.

 

            -Grrrrr!!-Gruño cabizbazo Waldorf.

 

            -¡Así que calla y camina, pijo!¡ Que eres más pesado , que las memórias de Dumbo!-Dijo Aslec poniedo punto y final a la discusión.

 

            -Este pesado, lo podriamos dejar por aquí. ¿Eh Marcos?-Dijo Aslec en tono bromista-¿No dices nada Marcos?¿Marcos...?¿Marcos....?¡Marcos,donde estas!.

 

            Pero Marcos no estaba allí, se habia esfumado,como si hubiera desaparecido por arte de magia.

 

            -Waldorf ¿has visto a Marcos?

 

            Waldorf tampoco contestó

 

            Aslec empezó a buscarlos desesperadamente, pero después de tres horas de árdua búsqueda calló rendido bajo la sombra  de un gran árbol, deseperado, hambriento y cansado, perdió el conocimiento.

 

            A las tres horas, poco más o menos, Aslec volvió en si.

 

            Pero su sorpresa fue tal al no encontranse a los pies de ese árbol, sino en el interior de una gruta: fria, siniestra y alumbrada por danzantes antorchas.

           

            Sus piernas no le levantaron del lecho por más que lo intento, quizas por el cansancio aún no desaparecido de su cuerpo o por los cientos de lianas que le atrapaban.

 

            Pronto olló unas voces, débiles, que llegaban de algún lugar de la gruta, estiró el cuello y su boca se abrió de par en par al ver ante si unos diminutos seres, del tamaño de una nuez y armados hasta los dientes.

 

            Uno de ellos subió por su barriga y se colocó frente a la barbilla de Aslec, que no daba crédito a lo que sus ojos veian.

 

            El hombrecillo, levanto una especie de cetro ,pronunció unas palabras en una lengua desconocida por nuestro amigo y le clavó el cetro en un hombro.

 

            -Ay!-grito Aslec, notando el débil, pero agudo pinchazo

 

            -¿De que vas,pitufo?-Dijo Aslec intendando sacudirse de encimma aquella especie de mosquito con taparrabos.

 

            -¡ No te muevas, gigante!¡Eres nuestro prisionero!-

 

            -¿Yo gigante?-Dijo aslec-¿Te has mirado al espejo esta mañana, especie de piojo malhumorado?-Concluyó en tono sarcástico.

 

            -No entiendo lo que dices  gigante, pero hoy mismo vas ha ser el plato fuerte del menú. Je!Je!

 

            -¿Que voy a ser...qué?¡ Dios mio sois caníbales!

 

            -¿Nosotros caníbales?-Dijo el pequeño pigmeo-¡ Oh, no! No nosotros somos vegetarianos, nuestra religión no nos permite comer carne de ningún amimal. Y eso te incluye a ti.

 

            -¿Entonces...?-

 

            -Serás la cena del Gran Taris-Lan.-

 

            - ¡Un, momento!- Yo no voy a ser la cena de nadie, y menos de alguien con un nombre tan...modosito.

 

            - No entiendo como te quedan ganas de cháchara, estando en esta situación. Bueno no prologemos más tiempo el acto.

 

            El señor pequeñito, se miró  a los cientos de nomos iguales que el y que rodeaban a Aslec y les dijo:

 

            - Proceded con la ceremonia.

 

            Aslec estaba mirando a los pequeños que habia a su alrrededor y seguia sin entender lo que le sucedia.

 

            Era una situación tan atípica que no sabía como reaccionar y se limitó a esperar un buen momento para huir por  patas.

 

 

            Entre tanto en la selva Waldorf y marcos llevaban una hora buscando a Aslec.

 

            -¡ Diantre de chico! ¡ Donde diablos estará!- Dijo Marcos.

 

            -Mire, ya empiezo a estar cansado, no le busco más- Dijo waldorf sentándose sobre una roca.

 

            -Mira, debemos encontarle, sólo el saber el camino para salir de esta selva, sin él estamos perdi....Uh! Uh!- Marcos no pudo concluir la frase.

 

            -Uh¡ Uh¡ ¿Que?- Dijo Waldorf-¿ Porque has puesto esa cara?

 

            -Donde estás sentado?... esa roca?...

 

            -Si estoy sentado en una roca ,¿Y que?- No es muy comoda pero...Dios miro.

 

            La roca no resulto tal, sino la cabeza de un brontosaurio que se elevó 20 metros, entre barmidos y los gritos de Waldorf sentado el la cima.

 

            -Socorro!. Marcos ayúdame!

 

            Marcos elevo la cabeza, para mirar al enorme animal. Era gris, escamoso, con un cuello del tamaño de un autobús y una altura de un edificio de 5 pisos.

 

            Su cola parecia el contrapeso de un gran balancín, ondulaba sacudiendo todos los árboles que habia a su alrrededor.

 

            El animal no se percató de la existencia de nuestros amigos, y volvió a bajar la cabeza para comer, lanzándo al aleman a a una charca pestilente a unos doscientos metros del lugar.

 

            Marcos fue a ayudar a Waldorf, y le asió por un brazo sacandolo fuera del fango.

 

            Waldorf , estaba mojado y embarrado, las piernas bailaban  un break-dance alocado y su boca permanecia abierta y anonadada, mientras los dos observaban como se alejaba el inmenso animal, arrasándolo todo a su paso.

 

            -¿Que a pasado?-pregunto Waldorf.

 

            -Eso era un...dinosaurio!

 

            --Pero eso es imposible- dijo Waldorf, sacudiédose el barro de encima, sencillamente imposible.

 

            -Compañero, tu has volado, y no precisamente con avión.

           

            -Tienes razón, pero aún así sigo sin entenderlo.

 

            -¿ Que pasa aqui?-Gritaron los dos apoyados el uno contra el otro.-¡ Aslec!

¡¿ dónde estas?¡.

 

            Aslec estaba siendo transportado por las gentecillas a una llanura, donde le dejaron atado a un poste.

 

            A su alrreder sólo habia hierbas; una gran llanura de hierba, rodeada por altas montañas, nevadas.

 

            El sol golpeaba su cabeza, y el sudor le nublaba la vista.

 

            -¡Por favor!- Dijo llorando- ¡ que alguien me ayude!

 

            Pero alli no habia nadie, sole él y el sol. Pero aún éste le dejó solo y un manto negro cubrió a nuestro amigo.

 

             Se durmió,presa del cansansio y la desesperación.

 

            Aslec despierta!-dijo Marcos.

 

            Aslec se despertó sobresaltado y gritando como un loco, como si estuviera poseido por el mismísimo Satanás.

 

            Marcos lo asió como pudo.

 

            Eh!- Chico que te pasa ?.Estas enfermo?.

 

            Aslec se calmó, observó su alrrededor y vió como no estaba atado a ningún árbol. Estaba en casa de Marcos.

 

            Aslec se frotó los ojos y balbuceó algunas palabras sin sentido.

 

            Menudo despertar tienes amigo- dijo Marcos- ya he leido el diario del profesor y estoy decidido a ir a ver que le pasó.

 

            ¡No no vayas!- dijo Aslec de un grito.

 

            ¿Se puede saber que te pasa ahora?-Dijo Marcos.

 

            ¡No vayas está todo maldito!- dijo Aslec sacudiendo los brazos- No, vayas, no vayas.

 

            Y como si de un animal desesperado se tratase, Aslec corrió hacia un gran ventanal y saltó a la calle.

 

            Aslec no sobrevió.

 

            Marcos fue condenado por homicidio involuntario, aunque el siempre defendió su inocenca.

 

            Bueno esta historia es un poco rara, ni yo mismo se  lo que ha ocurrido, si algo de esta historia ha sido cierto o solo una pesadilla... decidid.

 

            Por cierto dicen las leyendas que se ve una persona toda embarrada y gritando en alemán vagando cerca de Teotiuacan, coincidencias.

 

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Juan Antonio Fernández Vila.
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Revisat el: 25-09-2022 21:33:16.